Conoce otras historias

Sabemos que tanto conocer historias de otras personas diagnosticadas con cáncer como compartir la propia historia pueden ser de mucha ayuda.

Por una parte, leer otras experiencias contribuye a tener consciencia de que hay personas en la misma situación que nosotr@s, disminuyendo así la sensación de soledad y, en muchas ocasiones, de incomprensión. También, de la misma manera, leer estas historias nos ayuda a conocer cómo otras personas han afrontado y transitado la enfermedad, descubriendo y entendiendo otras perspectivas. 

Por otra parte, te animamos a compartir tu historia. En muchas ocasiones, escribir la propia historia, o aquellas situaciones que más nos han marcado, nos ayuda a organizar todo lo que hemos vivido y también a darles un sentido. Te animamos a que la compartas aquí.

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MARTA

Fecha: 04/05/2022

Después de superar el diagnóstico, la intervención quirúrgica, y la radioterapia, empecé el tratamiento hormonal y la vuelta a la vida de antes. Pero yo… yo ya no me sentía ni era la misma. Notas los efectos secundarios, esos que te nombran, en un listado larguísimo, en las primeras visitas con la oncóloga. ¿Te acuerdas? Empiezan por los más complicados y raros, que te asustan, y hacen que inmediatamente pienses: “ya verás con la suerte que tengo, seguro que me toca”.

En mi caso, fueron los más comunes, y a mi parecer, los más mayoritarios, según ellos los más nocivos, pero por ser tan subjetivos, los que menos controlan, porque yo sentí que me daban muy poca información sobre los mismos. Pues que me lo digan a mí, esos sofocos qua aparecen ahora sí y ahora también, en ese mar de sudor en que te conviertes cada noche. Esa sensación de fatiga, de falta de vitalidad, esa energía que se te va sin apenas hacer esfuerzo ninguno. Esa pesadez del cuerpo, esa transformación del mismo: hinchazón, te engordas o no, te lo notas pesado, entumecido, rígido, y empiezan los dolores articulares.  El dolor de pies, las rodillas, las manos, que por las noches se te duermen… la lista se va engordando, hasta que al final la espalda entera te dice basta.

Me cuido: camino, busco masajes, quiropráctico, natación, chikung, como bien, descanso, pero esa sensación de duda… y cuando vuelva a mi vida normal, ¿podré con todo otra vez?, ¿hasta donde aguantará ahora mi cuerpo?, ¿que más me va a pasar?, ¿qué más puedo hacer?